Diseño inclusivo desde una perspectiva de género

Todos nos hemos encontrado en esta situación innumerables veces durante nuestra vida: llegas a una web, quieres crear una cuenta y te presentan un formulario con campos que has de rellenar. Uno de estos, en muchos casos, es género. Muchas personas pueden rellenar este formulario sin pensar demasiado, pero para las personas transexuales, de género fluido o no binario, este proceso puede ser desde simplemente molesto a ser gravemente dañino para su salud mental.

Cuando hablamos de accesibilidad y diseño inclusivo normalmente tenemos en mente el diseño de productos digitales para personas con diversidad funcional. Pero las personas transexuales y transgénero también son usuarias de nuestros productos.

Un estudio de 2017 estimaba que 1 de cada 250 personas en Estados Unidos son transgénero. En España no existen estadísticas claras, pero una asociación de familiares de menores transexuales habla de una prevalencia de 1 de cada 1000 personas. Eso supone casi 50.000 personas en España. Pero el concepto transgénero incluye no sólo a las personas transexuales, sino también a personas que no se identifican con el género masculino o femenino (género no binario) y aquellas que se identifican con más de un género (género fluido).

Aquí es necesario recordar que el género es diferente del sexo. Mientras que el sexo es biológico, el género es una construcción cultural.

Tres principios de diseño inclusivo de género

Cuestionar decisiones

Antes de incluir en un formulario una pregunta sobre género, es necesario preguntarse si realmente este dato es necesario. Muchas empresas recopilan datos porque sí, pensando que cuanto más mejor, a pesar de ser totalmente innecesario. Si es necesario preguntar por el género, nunca está de más explicar por qué y qué se va a hacer con ese dato, de la misma manera en que se explica por qué una dirección postal o un número de identidad son necesarios.

Un diseñador de experiencia de usuario ha de ir más allá de lo estándar y cuestionar decisiones habitualmente tomadas sin justificación, como incluir un campo de género en un formulario.

A la hora de probar un diseño o hacer investigación con usuarios, incluir a personas transexuales o transgénero en la muestra nos permitirá descubrir otros ángulos de la experiencia de usuario de estas personas, situaciones que no podríamos detectar fácilmente sin su perspectiva.

Usar lenguaje inclusivo

El castellano es un lenguaje con una fuerte carga de género. Todos los sustantivos son o masculinos o femeninos. La tradición y la RAE nos dicen que el masculino genérico funciona como género neutro. Pero como diseñadores podemos ir un paso más allá y encontrar fórmulas neutras sin necesidad de recurrir a la “x”, a la “@” o a la “e” para borrar los marcadores de género. Por ejemplo, en vez de “empleados” o “empleadxs”, podemos utilizar “personas que trabajan en”.

No asumir la identidad de género

Tomar decisiones sobre el género sin informar o sin permitir corregir esas suposiciones puede afectar de manera negativa a la experiencia de usuario. Por ejemplo, a la hora de segmentar el contenido u ofrecer productos relacionados.

Cómo aplicar estos principios para diseñar productos digitales inclusivos en cuanto a género

Nombre legal y nombre social

Poder utilizar un nombre adecuado al género con el que una persona se identifica es uno de los pasos más liberadores para transexuales o transgénero.

Ofrecer la flexibilidad para modificar el nombre en cualquier momento ayudará a personas que hayan pasado por un proceso de cambio a sentirse más cómodas utilizando un servicio o producto.

En inglés, la práctica de usar el nombre registral (el legal, el que aparece en el DNI) de una persona transexual o transgénero en vez del nombre social (el que ha escogido esa persona como reflejo de su identidad) se llama “deadnaming”. Es una situación mucho más común de lo que se podría pensar en aplicaciones y productos digitales.

Forzar, por ejemplo, a una mujer transexual a seguir utilizando un nombre masculino en un servicio online, puede ser percibido como una falta de respeto, ya que se está viendo obligada a usar un nombre que no responde a su identidad. Esa persona puede llegar a dejar de utilizar el producto o a crear otra cuenta con su nombre social, con el impacto que eso puede tener al haber de prescindir de un historial de uso. En el peor de los casos, ese servicio estaría haciendo público el hecho de que esa persona es transexual, lo que puede llegar a tener graves consecuencias en la vida social de esa persona.

Otros servicios y organizaciones han dado pasos ya para evitar el “deadnaming”. Twitter, además de dar flexibilidad para cambiar cualquier parte del perfil, incluido el nombre y el nombre de usuario, ha prohibido el “deadnaming” entre usuarios ya que lo considera una muestra de transfobia. Las guías de estilo de Reuters y de Associated Press incluyen un apartado en el que se especifica que siempre se ha de usar el nombre social de la persona al referirse a ella.

Hay situaciones en las que es necesario obtener el nombre legal, por ejemplo, en una aplicación bancaria. En este caso, un diseño inclusivo de personas transgénero se dirigiría siempre a sus usuarios y usuarias por un nombre diferente que pueda ser elegido y modificado por el usuario, y nunca por el nombre legal.

Bases de datos flexibles

A la hora de identificar a una persona en una base de datos, lo ideal es usar un identificador único desligado de su nombre y de su email. De esta manera se mantiene la posibilidad de que las personas puedan actualizarlo en cualquier momento, también en el caso de un cambio de género.

Imágenes diversas y representativas

Muchas personas transexuales y transgénero se sienten invisibles al no sentirse representadas en las imágenes o fotografías de los productos y servicios digitales que usan.

En general, las empresas podrían ser mucho más inclusivas respecto al tipo de imágenes que utilizan para ilustrar sus productos. Una tienda online puede utilizar modelos de diferentes razas, cuerpos y géneros para reflejar esta diversidad social, o bien optar por mostrar imágenes del producto, sin modelos, y dejarlo todo a la imaginación.

Arquitectura de la información y taxonomía

Una aplicación o web con menús con clasificaciones de género o que utilice taxonomías basadas en género debería ser revisada para encontrar una manera diferente de hacerlo.

En casi todos los casos, el problema es clasificar en base al género productos que, por definición, son neutrales, como las bicicletas. En otros casos, la arquitectura de la información incluye la oferta de productos unisex dentro de las secciones de hombre y/o mujer.

Formularios

En la mayor parte de los casos, preguntar el género es innecesario y no aporta nada a la experiencia del usuario. Por ejemplo, en una reserva de un vuelo o un tren, el hecho de identificarse como hombre o mujer no influye en el resultado final. Es mejor ofrecer opciones más allá de masculino, femenino y otros. Al usar “otro” en un formulario estamos implícitamente lanzando un mensaje discriminatorio de diferencia: asume masculino y femenino como la norma, y lo demás es lo “otro”.

Tinder permite 37 identidades de género diferentes. Aunque forzar a las personas a escoger de una lista cerrada permite homogeneizar los datos, es importante dar la libertad de expresar a cada uno su propia identidad de género. Facebook, por ejemplo, además de una lista de 58 opciones de género, incluye un campo de texto para añadir el suyo en caso de no encontrarlo en las opciones.

Contenido

Usar lenguaje inclusivo y los pronombres adecuados es un primer paso. La empatía de género requiere cuestionar ideas sobre género y biología y evitar el binarismo, en el que mostramos contenido diferente a hombres y mujeres sin tener en cuenta otras identidades o a personas que fluyen entre identidades de género.

Cuestionar hábitos y sesgos para crear diseños con perspectiva de género

Adoptar una actitud inclusiva respecto al género implica cuestionar nuestras propias rutinas de diseño desde nuevos puntos de vista. Preguntarnos por el impacto que nuestras decisiones y diseños tienen en transexuales y transgénero nos permitirá crear espacios donde estas personas se sientan seguras e incluidas.